Antes de su fundación, el territorio de Tame era hogar de comunidades indígenas avanzadas como los guahibo y arawak, que practicaban la agricultura y el comercio. Aunque Alonso Pérez de Guzmán estableció un poblado en 1628 sobre un asentamiento Girara, este fue destruido poco después por los mismos indígenas, quienes se rebelaron contra la esclavitud impuesta por los españoles. En 1925, Tame se integró al territorio de Arauca.

Durante la época colonial, una gran hacienda de los jesuitas en Tame se convirtió en un poderoso centro de comercio internacional, exportando café, cacao y otros productos. Tame jugó un papel decisivo en la Independencia: en 1812, sus habitantes se organizaron para defender su libertad. Este espíritu de lucha fue reconocido por Bolívar y Santander, quienes se reunieron aquí en 1819 para lanzar la campaña que culminaría en Boyacá. Gracias a esto, Tame recibió el apodo de «Cuna de la Libertad». La participación local fue crucial, con cuatro tameños formando parte de los valientes lanceros de Rondón en la Batalla del Pantano de Vargas.

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